Tus ojos, volcán de tu alma escupen verdades que sangran. Sangran sin consuelo aparente, tanto como cambia tu ánimo de repente. Tus ojos, volcán de tu alma, tanta es la belleza cuando calman. Despreciado sol me ilumino en tu amor, princesita mía siempre estoy con vos. Será que sos un ángel, y no podés disimular; será que sos un ángel, y no podés disimular. Tus ojos, volcán de tu alma, tanta es la belleza cuando calman. Despreciado sol me ilumino en tu amor, princesita mía siempre estoy con vos. Será que sos un ángel, y no podés disimular; será que sos un ángel, y no podés disimular. Cuando hablan, tu corazón y el mío, se entienden muy bien, muy bien. Le doy crédito a esta unión que es para siempre, mi alma me lo pide. Será que sos un ángel y no podés disimular, será que sos un ángel y no podés disimular. Y no podés disimular.